martes, 28 de mayo de 2013

Ataque con gas el Noreste de Damasco. Se desconoce autoría.


Roberto Mérida

Hoy ha tenido lugar un ataque con armas químicas en el barrio de Tiÿāra, al noreste de Damasco, y en dos suburbios de la capital, Dūma y Harastā. Desconocemos aún su autoría. Los medios "occidentales" insisten en que ha sido el gobierno sirio; pero es de bien largo conocida la posesión de armas químicas por parte de actores vinculados a la llamada "oposición armada siria", en realidad una coalición de grupos mercenario-salafistas armados y financiados por "Occidente", Israel, Arabia Saudí, Qatar y Turquía. También sabemos que en ocasiones estos grupos han recurrido a autoataques sobre población civil, así como a provocaciones armadas a fin de propiciar una respuesta armada confusa por parte del gobierno y/o ejército sobre una población civil confusa, practicando así una suerte de inmolaciones colectivas muy del gusto de la ideología takfirí, con finalidad claramente propagandística y de provocar y recrudecer una escalada violenta que poder capitalizar en forma de financiación, armas, y apoyo más decidido por parte de potencias extranjeras. Por ese motivo este medio, que cree perfectamente capaz a tales grupos salafistas de tal atrocidad, carece aún de los suficientes datos y elementos de juicio como para poder confirmar la autoría.

Los hospitales están atestados de gente con problemas de respiración, diarrea y asfixia. Los médicos atienden a los pacientes, pero cuando los estabilizan no les explican nada, después los devuelven a casa. Al parecer ha habido víctimas mortales.

Fuentes de la Media Luna Roja en Siria (la Cruz Roja en el mundo islámico), corroboran tales hechos con la información disponible en su página web.

Eco de ello se hacen a su vez los numerosos Comités de Coordinación Locales (LCC por su acrónimo en inglés) pro-opositores. Así:
ريف دمشق: حرستا: سقوط ستة شهداء وأكثر من 72 اصابة جراء القصف بقنابل كيماوية على المدينة
“Suburbios de Damasco: Harastā: 6 víctimas y más de 72 heridos a causa de un bombardeo con bombas químicas en la ciudad.”

Las imágenes no dejan lugar a dudas. http://www.youtube.com/watch?v=4LNV-bcUb8A

¿Cómo interpretar semejante información? Los hechos arriba expuestos son una prueba más, inequívoca, de la psicopatía de algunos autores que intervienen en la guerra sucia siria, de su carácter brutal a la hora de valerse de cualquier tipo de medios para ganar respaldo, apoyo y posiciones en su guerra tanto bélica como mediática, sin escatimar en el uso de la violencia, hasta el punto afectar, en su affaire despótico y destructivo a víctimas civiles de entre la misma población “leal” a uno u otro bando; pasan a engrosar así la cifra de “daños colaterales”. Así es como algunos de los actores en juego tratan a sus "súbditos": los consideran números.

Actores que amenazan con la supervivencia física incluso de quienes optan por permanecer como actores neutrales. Ningún sector de la población debería quedar al margen de algo así.

Tampoco la población que habita en el resto de países del mundo. Los proletarios no tienen patria. Esta es una gran verdad citada más de un siglo ha por el socialista científico y filósofo Marx. Así pues, lo que extorsiona, oprime y aniquila físicamente a capas del proletariado en un país aparentemente distante, remoto, nos afecta, extorsiona y oprime a nosotros, el proletariado de nuestra nación, porque contribuye a normalizar como una moneda de cambio admisible por parte de los gobiernos comportamientos brutales y salvajes en el uso de la represión y la violencia para con la población, a fin de cercenar la disidencia y acallar toda manera organizada y generalizada de descontento contra el estado de cosas en curso, contra el sistema económico y el régimen político.

Así pues, que hoy puedan matar a nuestros compañeros de clase en Siria, sin que la clase obrera internacional haga o diga nada, contribuirá a que pueda ser aplastada en sangre el día después los actores de nuevos procesos revolucionarios, en interminables guerras de desgaste intestinas, boicots, bloqueos, intervenciones mercenarias, bombardeos de los ejércitos imperialistas, como en Yemen o la guerra económica, de desabastecimiento  y de devaluación de divisas, como en Venezuela. Esto no puede por más que terminar aplastando bajo el temor de las bombas y la oleada de desesperación y muerte la esperanza de toda revolución en los países del mundo, incluidas Europa y América, por un efecto contagio que no llegará, que no podrá ser tal, al no quedar ya ningún ejemplo victorioso y alentoso del que contagiarse sobre la faz de la tierra, al haber sido aplastados los únicos ejemplos hoy existentes en los países vecinos.

Los gobiernos extranjeros que intervienen sobre la faz de Siria en apoyo de uno u otro grupo de oposición armada mercenaria y salafista son gobiernos capitalistas, mucho más si cabe que el gobierno sirio, cuyas privatizaciones de sectores públicos no han empezado hasta relativamente tarde en relación a la ofensiva neoliberal del resto de países del mundo, a comienzos de los 2000, siendo bastante limitadas y tímidas, y bajo la presión de la necesidad de normalizar relaciones comerciales y bilaterales con países extranjeros, en pleno reflujo de la lucha por un modelo social y popular alternativo al capitalismo. Estas medidas han ayudado a proseguir el desmantelamiento de muchas de las conquistas y medidas socialistas iniciadas por el Ba`ath en los 60, en la época en que todavía gobernaba su ala más progresista a nivel de política económica y de reforma agraria, aunque bastante torpe e inefectiva a la hora de hacer frente bélicamente al sionismo; fue sustituida por el sector de Hafez al-Asad, con un fortalecimiento y aumento de la efectividad en la política de contención frente al sionismo, pero un debilitamiento e incluso retroceso paulatino en las políticas de reforma agraria. Esto ha ido seguido de la privatización gradual de algunas empresas y manufacturas que eran estatales, lo que acarreó despidos; todo esto ha ido configurando el escenario previo a la revuelta siria con un aumento gradual del desempleo; algunas fuentes llegan a cifrarlo en un 40%, no sabemos si exageradas. Todo esto ha sembrado cierto caldo de cultivo para la proliferación del movimiento de protestas, el cual ha sido tristemente aprovechado y utilizado política y a la postre bélicamente por la Hermandad Musulmana, y a medida que se recrudecía el conflicto y se incrementaba la intervención extranjera, por otros monstruos mayores, como Frente al-Nusra, y últimamente Dâ`esh.

Cabe preguntarnos por tanto, ¿qué pasará cuando aquí la población española, el proletariado español, decida u opte por rebelarse, por levantarse abruptamente, sin titubeos, armados de razones y de rabia contra estas políticas? ¿Tomarán ejemplo los jerarcas, mandamases y patrones españoles y cargarán sus bayonetas contra el pueblo, en imitación de dictaduras déspotas como la saudí y bahrayní, o, caso de que llegue a establecerse alguna suerte de gobierno revolucionario, alternativo, lo someterán a la financiación e importación de grupos fascistas y terroristas armados; u optarán más bien por el boicot económico-comercial y la guerra económica y de divisas? ¿Es que acaso el tipo de talante déspota de las potencias, que tratan a las poblaciones como meros daños colaterales, como medios para obtener sus estrechos intereses geopolíticos y energéticos, o macroeconómicos, como parias, como súbditos, distan mucho del tipo de arrogancia déspota neoliberal de la derecha neo-cons PPera española, heredera natural, histórica, del franquismo, máxima exponente política de las clases potentadas, y fortalecida, exacerbada su arrogancia por una mayoría absoluta conseguida en virtud del alto índice de abstención, la caída del PSOE, la ley d'Hondt y un lavado mediático y televisivo constante a una población mayormente despolitizada y desinformada, sumada a la lógica demagógica y clientelar del bipartidismo?

Aquí tenemos libertades civiles, sí, conquistadas a pie de lucha durante la “Transición” contra el franquismo, que más que “Transición” fue una “Transacción”, pero en la que, en virtud de toda la escalada de movilización y huelgas conseguimos arrancar derechos a la clase empresarial y política, derechos que hoy perdemos a ritmo ramplante.

¿Pero qué será de tales libertades cuando la población decida levantarse en masa, y aun más, decida arrojarse a derrocar a estos jerarcas y oligarcas, políticos títeres de la oligarquía financiera, la patronal y el imperialismo yanqui-alemán, encabezados por el PP y secundados por el PSOE, amparados por el sistema judicial y una ley hecha a su medida; que será cuando la población se levante para echarlos del poder y derrocar su régimen de oligarquía, su “dictadura” remozada, camuflada, disimulada y socializada, en curso de totalitarización; y más aún, una vez lo consiga?

¿Es que acaso no nos están empezando a arrebatar ya, poco a poco, las más elementales libertades civiles, con el agravante de las represalias económicas? Como las multas por salir sin pedir permiso a manifestarse. Por no hablar de las detenciones arbitrarias por opinar que sería mejor derrocar y ajusticiar, mediante el uso de la fuerza, a tal corruptela parasitaria de políticos títeres, oligarcas financieros y capitalistas.

¿Acaso dista esto mucho de lo que trató de hacer el pueblo sirio, cuando comenzó a manifestarse inspirado en los ejemplos egipcio, tunecino y libio, y la única respuesta que recibió fueron disparos, ora de la Hermandad Musulmana, ora de un gobierno y ejército confuso?

¿Qué posibilidad tiene el pueblo de instaurar un sistema democrático popular mediante la unión colectiva con la jauría de hienas de los distintos actores geopolíticos y económicos en juego acechando como alimañas carroñeras desde sus fronteras, como en Siria; o a comandar sus ejércitos de destrucción, asesinato organizado y miedo a reprimir la rebelión del pueblo mediante la fuerza bruta, como en Bahrayn, o bombardear y desangrar su organización armada guerrillera mediante bombardeos ininterrumpidos, como en Yemen?

Aquí a duras penas vemos tan sólo un principio de todo eso cuando la policía sale a la calle a reventar a palos las protestas civiles a poco son incómodas para el régimen. ¿Qué pasará cuando la población decida dar un paso más?

¿Qué podemos esperar entonces cuando la protesta social sea la norma, pase a ser algo imparable y se generalice, y teman perder el poder, “su sillón”, los oligarcas y “soberanos” de turno, incluido no tan sólo los políticos títeres sino la Corona, la monarquía hereditaria designada a dedo por Franco, continuista de sus políticas económicas y los intereses de la oligarquía y burguesía, y vean amenazados sus privilegios, la continuidad de su modo de vida, y no tengan más alternativa que defender tal orden sin argumentos, mediante el uso de la fuerza bruta?

Estoy seguro de que se inspirarán, de que tendrán un excelente ejemplo de a qué tipo de medidas recurrir en el ejemplo sirio, o bahrayní, o yemení; o en su defecto el venezolano. No demasiado lejos atrás queda todavía en España un referente para ellos, un ejemplo no muy distinto, el del franquismo.

Ellos se inspiran en la represión de los regímenes en el mundo. Inspirémonos, pues, nosotros, en la revolución de los pueblos contra los regímenes. Y hagamos pinza, cerremos filas, apoyando incondicionalmente, blindándonos de toda crítica contra la revolución siria.

Porque hoy gasean a población civil mediante bombardeos, como en el Norte de Damasco, pero mañana pueden meternos en campos de concetración y exterminarnos sistemáticamente, por el solo hecho de pensar diferente, ser del color de piel o nacionalidad equivocados o no tener un empleo con el que ganarnos la vida. Ya existe algo similar, en vías de implantación, en el país vecino de Hungría: un campo de concentración para desempleados.

Nuestro futuro, está con la revolución y la liberación de los pueblos contra los regímenes. Depende de la suerte que corra el proletariado griego, egipcio, tunecino... Y está, en una palabra, con la Revolución Siria.

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